Soy una persona seria. Sin embargo, éste NO es un blog serio.
Pluma por pincel nace como la versión digital de un cuaderno de reflexiones que voy alimentando regularmente con tinta de estilográfica. No es un diario, puesto que no hablo de mí ni le doy de comer todos los días. Es más bien un recipiente donde volcar todas las breves reflexiones que de espontáneos detalles echan rama. Así pues, no existe garantía alguna de que lo que yo produzca, a pesar de ser real, sea objetivo. De hecho, voy a desmentirlo ya: todo es propia opinión, y como tal ha de ser tratada. El estilo puede ser irregular, me quiero permitir esta licencia. No se trata de un trabajo de alta literatura, por mucho que me guste darle a la letra. Más bien quiero que sean pequeños bocados de idea, desarrollados bajo una línea seguramente irrepetible. Si el lector se siente con ganas de comentar, le aplaudiré lo más fuerte que pueda antes de contestar.
Todo lo dicho hasta ahora tiene validez mientras así lo considere oportuno. Quizá luego cambie de opinión. Quizá no. Sin compromisos brotan mejor las palabras.
1 comentario:
Me parece muy buena idea, y seguro que en el futuro será un bonito modo de recordar esta etapa irrepetible.
El nombre me parece, además de muy adecuado, sencillamente genial.
Muchos ánimos desde la isla nipona,
te leeré con cariño*
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